Tenía vista pero no podía ver; tenía oídos pero no escuchaba, tenía brazos y no podía abrazar.
Tenía pies pero no podía ir ni venir con libertad. Y cuando por fin lograba ir, descubría que solo iba en retroceso.
Tenía voz y no podía decir te amo y tenía tanto para dar, pero solo quería que me dieran, mientras que lo que tenía se me escurría entre las manos.
Lo que más tenía era lo que menos quería: un vacío inmenso por dentro, que me hacía gritarle al mundo mi dolor, aunque estaba sola, en mi silencio...
Mas ahora veo, oigo, abrazo, perdono, camino y no me detengo.
Es tan hermoso lo que tengo por dentro, que debo darlo a otros, que también en su silencio gritan de angustia solos......
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