Lo que la mayoría hacemos, es intentar cambiar a las personas cuyas actitudes nos hacen vivir sentimientos que no queremos experimentar. Un adulto emocional no intenta cambiar a nadie, o lo acepta tal y como es, o se mueve a relaciones que cubran mejor sus expectativas. No gasta tiempo y energía tratando de cambiar a otros, porque sabe que no se puede, que solo puede cambiarse a sí mismo.
Nos quedamos con la creencia de que necesitamos que otros "allá afuera" se hagan cargo de satisfacer nuestras necesidades cuando somos adultos. Estas necesidades abarcan una amplia gama, necesidades de afecto, sustento, aprobación, reconocimiento, apoyo, valoración, intimidad, diversión, etc. Es verdad que algunas de nuestras necesidades no pueden ser 100% satisfechas sin la ayuda de otros, pero aún así es nuestra responsabilidad, y no la de otros, satisfacerlas. No es responsabilidad de otros que nos sintamos aprobados, si no nos aprobamos nosotros mismos, en ese caso estaremos buscando constantemente que otros lo hagan, y si no lo hacen, descargaremos nuestra frustración acusándolos por su falta de aprobación, o su falta de reconocimiento o su falta de valoración, cuando estas cosas tienen que estar primeramente satisfechas desde adentro.
La mayoría de las personas no somos siquiera conscientes de lo que necesitamos, en muchas ocasiones simplemente nos sentimos frustrados, o ansiosos, o inconformes o insatisfechos, pero no sabemos con claridad qué es lo que estamos necesitando. Esa desconexión tan grande con nosotros mismos, nos hace pretender que otros tienen que adivinar aquello que necesitamos para sentirnos diferente. Estas personas como no tienen claras sus necesidades, o que no saben como pedir ayuda para satisfacerlas, usan un lenguaje incomprensible para que el otro responda, principalmente actitudes, actitudes de indignación, de indiferencia, de rechazo, de frialdad, etc., o simplemente reclamos vagos que no expresan claramente su petición. También suelen pedir otra cosa distinta a la que necesitan, en lugar de decir "necesito afecto y un abrazo" te dicen "no me has llamado en una semana". Aún expresada la necesidad con claridad, se debe considerar el punto anterior, no es lo mismo pedir ayuda para satisfacer una necesidad, que demandar la satisfacción de una CARENCIA.
Un adulto emocional no teme al rechazo, porque sabe que no puede ser aprobado ni aceptado por todo el mundo, cuando se ve rechazado, acepta que esa otra persona no comparte alguna parte de su ser sin sentirse lastimado, tampoco le teme al abandono, porque sabe que su supervivencia no está en manos de otro, que es auto-suficiente, que puede satisfacer sus necesidades. Sabe que nadie es indispensable y que puede encontrar relaciones satisfactorias en otras personas.
Un adulto emocional, no se toma nada como algo personal, ni siquiera una ofensa directa. Sabe que el ofensor tiene sus propias creencias, experiencias y carencias y que cualquier ataque no es más que una proyección, sabe que las respuestas de todos a su alrededor, están determinadas por el filtro mental y emocional de cada uno. Nuevamente, si algo que otro hace le detona sentimientos incómodos, es adentro en donde lo resuelve, no hay reclamos, ni intentos de cambiar al otro, ni ganas de rescatarlo o salvarlo por lo mal que está.
Un adulto emocional sabe que sus estados de ánimo no dependen de los demás, y no le da a otros el poder de hacerlo sentir bien o mal, feliz o infeliz, satisfecho o insatisfecho, él elige cómo quiere sentirse en cada momento del ahora, sabe que es su decisión y no depende del afuera. Al asumir su responsabilidad por sus estados de ánimo, deja de culpar a los otros y a las circunstancias. Por otro lado, un adulto emocional no le permite al otro que le entregue su poder, si una persona quiere darle el poder de hacerla sentir bien o mal, etc., simplemente no lo recibirá, le devolverá su poder a la otra persona para que asuma su responsabilidad.
Es así que no importa que una persona tenga 30, 40, 50, 60, ser EMOCIONALMENTE MADURO no depende de la edad, depende de la actitud ante la vida y lo que cada quien quiera crecer espiritualmente, podemos ser muy preparados, cargar un titulo de maestria o doctorado en nuestro curriculum, más sin embargo eso no nos gradua como una persona madura...